Güímar presenta una notable diversidad geográfica, con dos ámbitos claramente diferenciados, como son Agache y el Valle y gran variedad de ambientes con entidad geográfica, diferenciados por factores climáticos, de uso y de pendiente.
Se encuentra en un área de transición entre el área metropolitana de la isla, cuya influencia directa afecta ya a la cercana Candelaria, y la comarca menos poblada y con menor capacidad productiva de la isla, Agache. En este contexto ha experimentado un crecimiento urbanístico relativamente controlado, pero que ha ocasionado una notable incidencia territorial, en especial en el ámbito de medianías bajas delo Valle. El crecimiento se apoyó inicialmente en la antigua carretera general del Sur y a partir de 1970 en la autopista del Sur, que propició el crecimiento de los núcleos costeros y del polígono industrial del Valle de Güímar; también en la red arterial que se ha desarrollado transversalmente a ellas. La población se concentra en un número limitado de núcleos y se percibe una cierta contención en el nivel de dispersión residencial; sin embargo, la entidad de las actividades de extracción de áridos y e industriales en la zona baja del Valle ha producido impactos que superan el rango municipal. Algunos de esos impactos podrán ser corregidos mediante la reconducción de la política urbanística expresada a través de estas Normas, pero otros muchos requieren de intervenciones que van mucho más allá de su campo de actuación.
El Plan trata de responder a las muy diversas realidades que presentan en el municipio mediante políticas de actuación adecuadas a cada caso y que se enumeran sintéticamente en los párrafos siguientes.
En primer lugar, a través de una distribución de usos sobre el territorio coherente con la distribución actual y, manteniendo y reforzando una estructura que posee ya una capacidad suficiente para acoger las demandas previsibles a medio plazo.
En segundo lugar, previendo intervenciones de mejora interna y rehabilitación de tejidos urbanos y rurales de todo tipo
En tercer lugar, previendo medidas de recuperación de impactos de integración paisajística de algunas de las intervenciones que más impacto negativo han tenido en el municipio.
Finalmente, estableciendo un régimen de usos que permita la explotación agraria del suelo y la instalación de plantas de producción de energía eólica, solar y otras intervenciones sin provocar daños irreparables en el entorno.