Haría es probablemente el municipio en el que mejor están representados los valores que han hecho de Lanzarote una referencia en el mercado turístico. Paisajes volcánicos, impresionantes como el Malpaís de la Corona, grandes acantilados y costas abruptas y sinuosas de gran belleza, obras de acondicionamiento del territorio para su aprovechamiento agrícola muy complejas; y una arquitectura de formas elementales y rotundas conforman un territorio de enorme singularidad y valor natural, cultural y paisajístico.
Más de la mitad de su superficie está incluida en uno de los tres espacios naturales que incluye y el resto merece también ser protegido por sus valores naturales o paisajísticos
La propuesta de ordenación parte del reconocimiento de los valores del territorio para adecuar las intervenciones permitidas a su capacidad de acogida delimitando cada parte del territorio diferente y graduando el tipo de intervención adecuado.
El plan anticipa algunos de los problemas que se han revelado cruciales en los últimos años, como es el del aparcamiento en los principales puntos de afluencia turística, véase Órzola (puerto de partida de excursiones marinas hacia la Graciosa) y Haría, donde se concentra una gran afluencia en ciertas horas del día.
La propuesta distingue en lo que se refiere a los núcleos de población entre los núcleos tradicionales de interior y los núcleos de costa, de desarrollo más reciente, y crecimiento dinámico.
En los núcleos de interior, la prioridad es mantener la escala de las intervenciones para mantener con ello la integración paisajística de los núcleos. También preservar su importante patrimonio arquitectónico y etnográfico.
En el litoral, la propuesta pretende dar cauce ordenado a las tendencias de crecimiento, integrar los núcleos en su entorno y dotarlos de espacios verdes y equipamientos suficientemente, desde la ola que presentan.